¿Cuáles son los desafíos que deberá afrontar el trigo?

A poco de iniciar la siembra, la necesidad económica del productor, muy golpeado por el ciclo precedente, se contrapone con la limitante de agua en el perfil.

En mayo se dará inicio a un nuevo ciclo de siembras de trigo, puntapié inicial de una cosecha de cuyo éxito dependerá no sólo una rápida salida a la peor campaña en dos décadas para la cadena agroindustrial sino también la recuperación de una mayor holgura en el balance externo argentino de cara al 2024.

Debido a esto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destaca tres desafíos con los que hoy se presentan como potenciales limitantes: la reserva de humedad en el suelo, el financiamiento que permita asegurar el paquete tecnológico que el cultivo requiere para expresar su máximo potencial de rendimiento y la disponibilidad de semilla en cantidad y calidad suficiente.

En relación con las recargas de humedad de suelo, pese a los pronósticos que indicaban que a partir del otoño se destrababan las lluvias, éstas no han alcanzado en milímetros y cobertura para satisfacer el agudo déficit.

La segunda limitante hace referencia a las necesidades de financiamiento del sector, que dependen mayormente del costo de los insumos y del área a sembrar. En relación con la primera variable, los precios de los principales fertilizantes nitrogenados se han desinflado fuertemente con respecto a los que prevalecían un mes atrás. Mayor oferta disponible en relación con una demanda muy cautelosa ha llevado la relación insumo-producto para el trigo a su nivel más bajo de los últimos cuatro años hacia fines de marzo, según la consultora Ingeniería en Fertilizantes.

Finalmente, con relación a la disponibilidad de semilla, desde el INTA Oliveros la especialista Miriam Arango explicó que, pese a los temores iniciales por el estrés al que ha sido sometido el cultivo en el ciclo previo, los resultados preliminares reportados por la Asociación de Laboratorios Privados (ALAP), así como el INTA y otros laboratorios de Universidades públicas del país apuntan a un buen poder germinativo, del orden del 95% al 96%, y sin incidencia de patógenos.

Si bien estos resultados son una foto que debe ser monitoreada en lo sucesivo, ya que un buen análisis de calidad de semilla (poder germinativo y vigor) previo a la implantación permitirá evitar costos de resiembra, los hallazgos resultan auspiciosos.

En cuanto a la cantidad, para la intención de siembra en base a las condiciones actuales, en principio no se detectarían dificultades. Sin embargo, el ajustado rendimiento de la campaña previa podría ocasionar que, en caso de que ocurriesen buenas lluvias y las condiciones mejorasen, comiencen a notarse dificultades en algunas regiones para obtener el insumo. Por ello será importante continuar monitoreando este factor.

En este contexto se han comenzado a cerrar contratos por trigo 2023/24. A la fecha, suman algo más de 200.000 toneladas de negocios finales por trigo nuevo, de las cuales 145.000 se hicieron con condición “a fijar”. Los 56.000 contratos restantes, con precio en firme, se pactaron a un valor que, luego de tocar un máximo relativo de US$ 267,65 por tonelada como promedio de febrero, cayeron a US$ 253,14 por tonelada promedio, en el mes de abril.