Así lo informó la Red Nacional de Trampas de Monitoreo de la chicharrita del maíz. El NOA es la única región en la que se observó un ligero incremento de la presencia de la plaga.
La Red Nacional de Trampas de Monitoreo de la chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), el pequeño insecto transmisor de la enfermedad del achaparramiento del cultivo que generó enormes pérdidas de producción la campaña pasada, dio a conocer los resultados de su 6° relevamiento donde la buena noticia es que la población de la plaga volvió a bajar en la mayoría de los sitios estudiados.
En este caso, se contabilizaron los adultos de la chicharrita capturados entre el 4 y el 21 de octubre en trampas cromáticas adhesivas de 429 localidades de Argentina, distribuidas en el noroeste, el noreste, la región litoral, el centro norte y el centro sur. Además, se incorporaron 19 localidades de Uruguay.
En todas las regiones, las localidades que registraron captura de D. maidis estuvieron representadas por la categoría más baja (1 a 4 adultos de D. maidis/trampa), salvo el NOA, que tuvo un ligero incremento de localidades correspondiente a la categoría con 5 a 20 adultos de D. maidis/trampa.
En el NOA, al comparar datos de localidades relevadas en septiembre y octubre del 2023 (San Agustín y Los Altos), con los valores actuales en dichas localidades, se menciona una reducción de más del 90% de los valores de D. maidis en trampas y en plantas de maíz para el período comprendido entre septiembre y la primera quincena de octubre de 2024.
“La ocurrencia de factores ambientales y la reducción en la disponibilidad de hospedante (maíz), fueron los principales factores que impactaron negativamente en la supervivencia y desarrollo de Dalbulus maidis”, explicó el informe de la Red Nacional de Monitoreo de la plaga.
Sin embargo, a pesar de la reducción de la población de la plaga desde la entidad destacan que será clave continuar reforzando el monitoreo y la utilización de trampas cromáticas para minimizar la ocurrencia de este vector.
En este sentido, “en aquellas zonas donde se ha implantado maíz, es crucial intensificar el monitoreo. Además del uso de trampas cromáticas adhesivas, se debe realizar una inspección directa sobre el cultivo, ya que los adultos de Dalbulus maidis que lograron sobrevivir buscarán al maíz como fuente de alimento y multiplicación”, explicaron.
Por eso, enfatizaron “que las trampas cromáticas adhesivas y las inspecciones directas sobre el cultivo son herramientas complementarias, permitiendo a partir de su combinación una detección más eficaz de los adultos remanentes de Dalbulus maidis”.
Paralelamente, advirtieron que hay que “tener en cuenta que las precipitaciones registradas en este último período podrían favorecer la aparición de maíces voluntarios, que actuarían inicialmente como fuente de alimento para las chicharritas que sobrevivieron al invierno, incrementando el riesgo de presencia de instares inmaduros (ninfas) en las próximas semanas si no se realiza un control adecuado”.
Por último, los especialistas señalaron que el aumento de las temperaturas durante este último período trajo consigo la aparición de un complejo de chicharritas que incluye diversas especies de cicadélidos, lo que significa que no todas las chicharritas corresponden a D. maidis.