11° Monitoreo sobre Dalbulus maidis: aparecen focos dispersos en algunas zonas clave

El 11° informe de la Red Nacional de Monitoreo sobre Dalbulus maidis detalla la evolución de la plaga en las principales regiones productivas de Argentina. Aunque se observó una disminución en su presencia en varias zonas, se destacan focos dispersos en áreas clave, lo que plantea un riesgo para la cosecha.

El 11° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis ha sido recientemente publicado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), con la colaboración de diversas instituciones del sector. El monitoreo cubre el ciclo agrícola 2024-2025, y revela una visión más precisa sobre el comportamiento y la dispersión de esta plaga que afecta a los cultivos de maíz en todo el país.

Según el trabajo, en varias de las principales regiones productivas de Argentina se ha registrado una disminución en la presencia de Dalbulus maidis en comparación con años anteriores. Esto podría interpretarse como una señal positiva para los productores, que han intensificado los esfuerzos de control en las últimas campañas. Sin embargo, los expertos advierten que la chicharrita sigue siendo una amenaza importante, especialmente en aquellas zonas donde persisten focos dispersos, como en el norte de Buenos Aires, Córdoba y parte de Santa Fe, que han mostrado niveles preocupantes de infestación.

Una de las principales preocupaciones que se derivan de los resultados del monitoreo es la transmisión del Maize Dwarf Mosaic Virus (MDMV), una enfermedad viral que afecta el maíz y cuya propagación está fuertemente vinculada con la presencia de Dalbulus maidis. La plaga no solo representa un desafío para la sanidad de los cultivos, sino que también reduce el rendimiento de las plantas, comprometiendo la calidad y cantidad de la cosecha.

«El monitoreo constante es esencial para mantener bajo control la chicharrita, ya que los ciclos de reproducción pueden variar según las condiciones climáticas, y su presencia podría aumentar repentinamente si no se toman las medidas preventivas adecuadas», indicó la licenciada Mariana Pérez, especialista en fitopatología del INTA. En este sentido, destacó la importancia de las estrategias integradas de manejo (EIM), que incluyen el monitoreo frecuente, la rotación de cultivos, el uso responsable de plaguicidas y la implementación de cultivos trampa.

En el estudio también se detalló la importancia de la capacitación de los productores, quienes deben estar informados sobre las mejores prácticas para prevenir la propagación de la plaga. A pesar de la baja densidad reportada en algunas áreas, la presencia de la chicharrita en otras zonas puede ser suficiente para desencadenar un brote si no se controlan adecuadamente.

El informe de la Red Nacional de Monitoreo también subraya que el comportamiento de la plaga es dinámico y puede variar con el tiempo, dependiendo de factores climáticos y de la presión de la plaga en diferentes regiones. Si bien algunos lotes han mostrado signos de menor infestación, los expertos consideran que es fundamental continuar con las acciones de monitoreo y control para evitar que los focos dispersos se expandan y afecten las cosechas en zonas de alto valor productivo.