Tal como se esperaba, el IPC acusó el reacomodamiento de precios luego de la fuerte devaluación post PASO. Se trata del mayor índice en 32 años.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto volvió a desnudar los graves problemas que acusa la economía argentina. La suba de precios registrada después de las PASO, cuando el Gobierno nacional definió la devaluación de 22% del peso, llegó al 12,4%, ubicándose en 124,4% en la comparación interanual. A su vez, se espera un efecto arrastre para el próximo mes.
Para colmo, la división con mayor incremento en el mes fue Alimentos y bebidas no alcohólicas, que superó la media y marcó 15,6%, producto de la suba en Carnes y derivados y Verduras, tubérculos y legumbres. Ese porcentaje repercutirá en un incremento de la pobreza e indigencia, que dará a conocer el organismo nacional el próximo viernes.
Luego, siguieron Salud (15,3%) –principalmente por los aumentos en medicamentos– y Equipamiento y mantenimiento del hogar (14,1%).
El escenario se torna aún más delicado si se tiene en cuenta que aún con la devaluación definida luego del proceso electoral, la diferencia entre el dólar oficial y el informal sigue superando el 100%.
