“El 70% de la región pampeana tiene deficiencias de fósforo”

Lo afirmó Martín Díaz Zorita en marco del panel técnico del seminario de ACSOJA. También debatieron sobre las brechas de rendimiento.

En marco del Panel Técnico del seminario de ACSOJA, en el que se presentaron las tecnologías indispensables para retomar el camino del crecimiento para lograr que la Argentina alcance los 65 millones de toneladas, el ingeniero agrónomo y profesor de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), Martín Diaz Zorita se refirió a la necesidad de “retomar el camino de la fertilización en soja”.

De esta manera, el especialista remarcó que “todos los nutrientes son esenciales para el normal crecimiento de las plantas”, ya que forman partes estructurales y regulan procesos fisiológicos, por eso es clave hacer un correcto manejo de la nutrición que consiste en combinar aportes desde el suelo, el aire y los fertilizantes.

Actualmente, el 60% de los lotes tienen deficiencia de fósforo (P), el 30% presenta limitaciones en potasio (K) y azufre (S) y el 8% en nitrógeno. Además, indicó que un estudio realizado en 2018 señala que existen limitaciones generalizadas de materia orgánica que llevan a deficiencias de nitrógeno, azufre y boro.

“El 70% de la región pampeana presenta deficiencias en fósforo y limitaciones generalizadas de nitrógeno y azufre”, dijo el especialista. Asimismo, se han detectado limitaciones localizadas de micronutrientes y de potasio en diversas regiones.

En las zonas donde se aplica fertilizante, la dosis medida utilizadas es de 63 kilos por hectárea, y la composición, de acuerdo con lo que reveló Díaz Zorita es de: 92% fosfatados; 6% azufrados, 2% otros y cero en nitrogenados. En tanto, el uso de inoculantes con rizobios llega al 80%.

Tal como explicó Díaz Zorita, hoy el manejo de la nutrición explica brechas del 15% al 23% entre los rendimientos alcanzables y los actuales. Para alcanzar altos rindes en soja, el experto instó a hacer diagnóstico de limitaciones, correcciones de fósforo, azufre y micronutrientes limitantes según las expectativas de rendimientos logrables.

Finalmente, subrayó que “las condiciones actuales de fertilidad y de manejo limitan los rendimientos, pero con estrategias balanceadas de nutrición, la producción podría aumentar del 15% al 23%”.

Otra de las voces que tuvo ese primer panel fue la de Silvina Bacigaluppo, investigadora del INTA que remarcó que en Argentina la producción de soja muestra una gran brecha de rendimientos ya que hay cosechas en promedio de 2,2 tn/ha en el sur, a 6 tn/ha en la región núcleo. “Pero el rinde logrado es de 3,2 tn/ha en soja de primera; y en soja de 2da la brecha es de 30%. Esto quiere decir que podemos ganar mucho en producción sin aumentar la superficie”, aseveró.

Ademas, explicó que en los ensayos del Inta se probó la diferencia en rendimientos y en sustentabilidad cuando la oleaginosa se realizó dentro de un esquema de rotación, donde “el ciclo soja-soja compacta el suelo; con cultivos de cobertura, o con maíz o trigo, los bloques (de tierra compactada) se van desarmando”.

Bacigaluppo precisó que la respuesta de la rotación no fue inmediata, sino que se dio después de algunas campañas. “En los años normales la mejora fue de 16% y en años ‘secos’ fue de más de 40%”. “El cultivo de soja ‘siempre está’ pero debe ser un integrante más del agroecosistema”.