Complicada situación de productores por la chicharrita

Ya se perdieron unos 2,5 millones de toneladas de maíz. Desde CONINAGRO detallan algunos consejos para reducir el impacto de la plaga.

Desde la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO) estimaron que habrá importantes pérdidas sobre todo en el norte del país y en parte de las provincias de Córdoba y Santa Fe, por lo que hay preocupación por un avance que describieron como “intenso”.

La chicharrita del maíz es un verdadero “cisne negro” del sector agroindustrial argentino. Este año apareció y el impacto en la cosecha de maíz es muy fuerte, al punto que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires calcula que ya se habrían perdido unos 2,5 millones de toneladas.

El ingeniero agrónomo Néstor Urretabizkaya, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (FCA-UNLZ) y Magíster en control de plagas explicó que «podemos adjudicárselo a las altas temperaturas que hubo durante el verano y luego a las abundantes lluvias, pero también hay que analizar las distintas fechas de siembra, que se están dando con el maíz, con lo cual hay oferta ampliada, hay maíces de fechas tempranas, de fechas tardías, de primera y de segunda”.

Por su parte, el ingeniero agrónomo Gastón Bellotti, coordinador comercial de la Cooperativa Santa Rosa en San Guillermo, Santa Fe, alertó además que “la chicharrita es vector de un complejo de patógenos, entre ellos algunas bacterias y virus, y el más conocido es el espiroplasma, pero también hay otras enfermedades, actúa justamente como el mosquito del dengue”.

Cómo reducir el impacto de la chicharrita del maíz

Dalbulus maidis desarrolla su ciclo entre la primavera y el verano, y cuando llega el invierno sobrevive en plantas silvestres, en cultivos invernales (avenas, cebada, trigo, centeno), pero sólo para pasar el invierno. “Hasta el momento no se ha visto en esos cultivos síntomas de la enfermedad que transmite”, tranquilizó Urretabizkaya.

Y recomienda a los productores “estar muy atentos y monitorear muy bien durante todo el invierno” para ver cómo transcurre la presencia de la chicharrita en las plantas hospederas.

En segundo lugar, dice Urretabizkaya que “sí o sí hay que hacer tratamiento de semillas en todos los cultivos de maíz que se vayan a sembrar el año próximo, usando insecticidas sistémicos, que permiten la movilidad en la plántula desde la semilla, y dan cierta residualidad”.

Y detalló que “entre ese tipo de productos figuran los neonicotinoides para asegurar protección en los primeros 15 a 30 días de plántula”. Es importante recordar que no existen productos registrados para el control de la enfermedad, por lo tanto, siempre hay que trabajar sobre el control del insecto vector, monitoreo y aplicaciones de fitosanitarios cada vez que sea necesario.

El decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas concluyó: “No hay que dejar de monitorear el cultivo de maíz en las primeras etapas, hasta la segunda o hasta la cuarta hoja por lo menos, para descartar la presencia de Dalbulus. Éstas serían sugerencias para la próxima campaña”.