En el Congreso de Aapresid KWS revisó las principales problemáticas de la producción argentina, con el objetivo puesto en el incremento de la producción.
Se aproxima el comienzo de una campaña maicera sobre la cual habrá muchos desafíos por enfrentar, tanto desde lo productivo como desde el negocio. KWS, analizó en el último Congreso de Aapresid algunas de las principales problemáticas de la producción argentina, como la sanidad vegetal o subnutrición de suelos, y las puso en valor hacia el futuro y con el objetivo de producir más.
La charla, cuyo título fue “Una mirada de largo plazo del sistema de producción agrícola” estuvo moderada por Gonzalo Bravo, gerente de Instituciones y Cuentas Clave de KWS y cuyos invitados fueron Gustavo Oliverio, director de la Fundación Producir Conservando, y Fernando García, referente nacional en temas de fertilidad y manejo de suelos.
“Si queremos mirar un largo plazo sustentable debemos monitorear permanentemente la relación de gramíneas/oleaginosas, la cual actual y positivamente se encuentra estabilizada en 45%/55%. Sin embargo, lo que está amesetado desde el año 2010 es la superficie agrícola, con 35-36 millones de hectáreas a lo que debe agregarse la variabilidad en la producción y de los rendimientos, dada por el clima y también por causas de tipo edáficas”, describió el panorama Oliverio.
Por su parte, García agregó: “El aumento de la producción debe estar desacoplado de los impactos ambientales para lograrlo. Al respecto, la subnutrición de los cultivos es uno de los muchos procesos que están afectando la producción y degradando la salud de los suelos”.
A ello añadió que, de acuerdo a las extracciones de los principales nutrientes en los suelos agrícolas argentinos -nitrógeno, fósforo, potasio y azufre- en el Región Pampeana, al suelo le debemos 30.000 millones de dólares solo de nutrientes, considerando desde el año 1993 al 2022.
En otro orden, el experto en nutrición vegetal dijo que hay un trabajo global que indica que, en Argentina, existe una brecha de producción del orden del 34%. “Esto significa que habría que habría que aplicar el doble de nitrógeno y fósforo del que se está aplicando y también un 80% más de azufre para conseguir los rendimientos alcanzables recomendados”.
Finalmente, Oliverio concluyó: “La última estimación hecha al 2030 fue de una producción argentina de 170 millones de toneladas, sobre 43 millones de hectáreas. Es un desafío enorme, que será logrado si trabajamos juntos en el desarrollo tecnológico, con criterios de sustentabilidad”.
Otro de los aspectos que KWS analizó en retro y perspectiva fue la sanidad del cultivo de maíz en la charla “Las enfermedades del hoy y el maíz del futuro”, con Fernando Guerra, gerente de Desarrollo de Producto de KWS Argentina, más Lucrecia Couretot (INTA Pergamino), Roberto De Rossi (Universidad Católica de Córdoba) y Fátima Montiel (Breeder de KWS Argentina), moderados por Diego Peydro (periodista de AgroTV).
Los expertos del panel coincidieron en que “la situación sanitaria actual es muy relevante ya que todos volvimos a ser un poco más técnicos para la identificación de las enfermedades, viniendo de una campaña disruptivas”, dijeron, considerando el punto de vista fitopatológico.
Entre los principales mensajes concluyentes que dejó la interacción entre los especialistas y a partir de los aprendizajes del ciclo 2023/24, están: todas las empresas están trabajando para conseguir rápidas soluciones contra enfermedades relevantes; el aporte colaborativo está permitiendo la posibilidad de evitar las decisiones apresuradas en la genética, la agronomía y el monitoreo