La suba de derechos de exportación complicaría el desempeño del girasol

En un contexto de precios y márgenes a la baja, una suba de derechos de exportación podría afectar gravemente al sector.

El girasol es un complejo clave en el sector agroindustrial argentino, si se tiene en cuenta que Argentina es el tercer exportador mundial de harina y aceite de girasol. En este sentido, los productos derivados de la industria aceitera desempeñan un rol fundamental en la inserción internacional, siendo el octavo complejo exportador de Argentina.

De esta manera, la Bolsa de Comercio de Rosario detalló que “cualquier distorsión que recaiga sobre la industria, impactará directamente sobre la comercialización local, además de afectar la rentabilidad de los productores y las posibilidades de producción”.

Así, la entidad explicó que en año década de los noventa los esquemas arancelarios para el sector se llevaron a cero, donde el hecho coincidió con un importante crecimiento de la superficie sembrada, alcanzando un récord histórico de 4 millones de hectáreas.

Con la reaparición de los aranceles a la exportación en la campaña 2002/03, que gravo al aceite y pellets de girasol con una alícuota de 20%, nivel que se mantuvo hasta dar un salto importante para la campaña 2007/08, al alcanzar gravámenes del 37,2% para aceite y 39% pellets.

Con la quita transitoria de los derechos de exportación a finales de 2015, “el productor encontró cierto alivio y pudo incrementar el área, mientras que, en los últimos años, la suba de precios internacionales colaboró positivamente y permitió alcanzar un área sembrada de 2,5 M ha en el ciclo 2022/23” manifestaron desde la entidad.

A la hora de analizar la contribución del complejo girasol en concepto de derechos de exportación, la entidad explicó que la cadena aportó US$ 1.358 millones durante los últimos trece años, lo cual representa casi la totalidad del valor exportado por el complejo en toda la campaña 2022/23.

Por ende “reunificar las alícuotas en un nivel del 15 % implica un peso mayor de la carga tributaria para la producción de derivados de girasol por la mayor base imponible, la mayor carga tributaria sobre la exportación industrial termina reduciendo la capacidad teórica de pago al productor y socavando la rentabilidad de la producción del cultivo”.

Por último, la BRC dijo que, en la campaña próxima, incidirían los mayores derechos de exportación y la existencia de un tipo de cambio importador mayor que para exportar, “lo que aumenta los costos de producción y afecta aún más el equilibrio de rentabilidad del productor”.