En marco de la 4° edición del Congreso Internacional del Maíz, expertos de diferentes instituciones llevaron a cabo la charla titulada “¿De la chicharrita cómo andamos?.
Con más de 130 especialistas de distintos países, se lleva a cabo el 4° Congreso Internacional del Maíz (CIM) que reunirá en Rosario a productores, técnicos y especialistas debaten sobre el presente y el futuro del cereal. La agenda incluye más de 40 paneles, entre ellos, la charla titulada “¿De la chicharrita cómo andamos?” donde expertos de diferentes instituciones analizaron el panorama generado por la plaga de la chicharrita y el achaparramiento del maíz, coincidiendo en la importancia de un monitoreo temprano para mitigar los daños.
El ingeniero agrónomo Martín Galli abrió el conversatorio con una reflexión sobre la plaga de la chicharrita, a la que definió como un vector de daños directos e indirectos que tiene a los especialistas ocupados y preocupados.
Mientras que la gerenta de Producto de Maíz de Syngenta, Magalí Nico, analizó el panorama desde la perspectiva de la industria y remarcó que hace un año el escenario era “bastante desolador ya que fue necesario armar una red de cobertura nacional con más de 300 personas capacitadas para monitorear 450 puntos del país”. Nico concluyó que “la genética aporta mucho en el manejo de esta enfermedad, siempre acompañada por prácticas tradicionales”, destacando el buen comportamiento de las genéticas templadas y subtropicales.
Por su parte, Germán Schlie, especialista en fitopatología de la Universidad Nacional del Litoral, se refirió al achaparramiento como “una enfermedad que se potencia por la existencia de tres componentes básicos: hospedante, ambiente y tener el patógeno”. Hizo hincapié en la importancia de la prevención: “Cuando hablamos de monitoreo en chicharrita es para prevenir y, cuando es en planta, es porque ya está pasando”.
Finalmente, Evangelina Perotti, ingeniera agrónoma de INTA Oliveros, señaló que la chicharrita es “una plaga indirecta que genera un daño principal al ser portadora de varios patógenos”. La especialista reforzó la necesidad de un monitoreo constante, destacando que el INTA cuenta con un protocolo de investigación que utiliza métodos como las trampas pegajosas, las trampas de emergencia y las redes de arrastre para estudiar el comportamiento de la plaga.