Si bien varios sectores sostienen variaciones positivas, el encarecimiento del crédito y la desaceleración de algunas ramas industriales comienzan a mostrar señales de agotamiento.
La Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) presentó una nueva edición de su informe El Pulso del Agro, en la que se refleja un panorama heterogéneo de la actividad agroindustrial argentina. Según el relevamiento, de las 19 variables analizadas, nueve muestran un desempeño negativo respecto de períodos anteriores, mientras que el resto exhibe señales de recuperación, en un contexto marcado por la volatilidad de los costos y las tasas de interés.
En la comparación mensual, agosto exhibió un desempeño más débil que julio; mientras en ese mes solo cuatro variables registraban caídas mensuales, ahora el número asciende a once. La producción de biodiésel y de maquinaria agrícola mostró descensos de dos dígitos, en tanto que, del lado positivo, se destacaron la producción de maíz y de bioetanol.
En lo que refiere a la actividad primaria, la entidad destaca que la campaña 2025/26 proyecta una superficie sembrada total de 37,8 millones de hectáreas entre trigo, cebada, girasol, maíz, soja y sorgo. Se trata de la tercera campaña más extensa de la historia para ese conjunto de cultivos.
Se proyectan 9,7 millones de hectáreas en maíz, lo que habilitaría una producción potencial de 58 millones de toneladas, 17% más que la campaña previa. Este avance se da en paralelo a una reducción interanual del 7% del área de soja, que recortaría la producción a 48,5 millones de toneladas, 3% menos que la campaña anterior.
Por el lado de la fina, el trigo, con 6,9 millones de hectáreas y una producción esperada de 22 Mtn, se ubicaría entre los tres mayores registros del último cuarto de siglo. Por su parte, la producción de yerba mate mantiene un desempeño sólido en la comparación interanual, con 17 meses consecutivos de alzas. Sin embargo, empiezan a notarse señales de agotamiento.
En el caso de la leche, la producción alcanzó en agosto los 1.090 millones de litros, lo que representa un incremento del 18% frente al mismo mes del año pasado y del 8% respecto de julio. En el acumulado del año, la producción láctea muestra un aumento del 12%, consolidándose como uno de los rubros de mayor expansión dentro del agro.
Por otra parte, tras el buen desempeño de julio, la producción de carnes retrocedió y se ubicó en 270,8 mil toneladas, lo que implica una caída de 20 mil frente al mes anterior y de 10 mil en comparación con agosto de 2024. Las exportaciones de carne vacuna alcanzaron 84,4 mil toneladas. Este volumen representa el nivel más alto desde septiembre de 2024.
Mientras que la producción de cerdo alcanzó las 68,5 mil toneladas, lo que representa un crecimiento interanual del 2,5% equivalente a 1,7 mil toneladas más. En el acumulado enero-agosto la producción superó las 526 mil toneladas.
Por su parte, la producción de carne avícola encadena dos meses de caídas interanuales: en agosto se registraron 191 mil toneladas, 7 mil menos que en agosto de 2024 y 18 mil por debajo del mes previo.
En cuanto a la producción de aceite, mostro un fuerte crecimiento interanual de 24% durante agosto, lo que implico 90 mil toneladas más. La mayor concentración de la producción de aceites en el mes en cuestión se observa en la provincia de Santa Fe con 762.946 tn. Esta provincia junto a Buenos Aires, Córdoba y La Pampa conforman la región “Centro”, la que alcanzó un total de 991.312 tn.
Mientras que la producción de biocombustibles mantiene un comportamiento dispar: el bioetanol alcanzó 137 mil m³ —máximo de los últimos 29 meses— y creció 12% interanual, mientras que el biodiésel mostró una fuerte caída del 11% tanto respecto de julio como frente a agosto de 2024.
En agosto, las exportaciones mostraron una dinámica muy favorable: totalizaron U$S 4,8 mil millones, es decir, U$S 929 millones más que en el mismo período de 2024. De cara a septiembre, y tras la eliminación transitoria de los derechos de exportación (DEX) aplicada ese mes, esperamos que la categoría mantenga un crecimiento robusto.
Por último, en cuanto a importaciones de fertilizantes se observa un sólido desempeño de 20% en términos interanuales lo que refuerza la ampliación del área de siembra de maíz y, con ello, una mayor demanda temprana de insumos. En la comparación mensual, y principalmente por factores estacionales, se registra una caída de dos dígitos.