A medida que avanza la campaña de maíz 2024-25, el Comité del Achaparramiento del Maíz de Córdoba informa que la población de la chicharrita D. maidis, vector responsable de este complejo, se mantiene muy baja, con riesgo mínimo para los cultivos sembrados hasta mediados de diciembre.
En el marco de la campaña de maíz 2024-25, que se encuentra en su fase final de siembras, el Comité del Achaparramiento del Maíz de Córdoba emitió un informe detallado sobre el estado actual de la situación, ante las crecientes consultas de los productores agrícolas. La información, basada en un monitoreo constante, revela que la población del vector responsable de la transmisión del achaparramiento, la chicharrita Dalbulus maidis, sigue siendo muy baja en la provincia, lo que ha generado un panorama favorable para los cultivos de maíz.
Según los datos recolectados hasta el 20 de diciembre, la red de monitoreo en Córdoba —integrada por diferentes grupos, instituciones, técnicos y empresas— ha registrado únicamente presencia aislada de D. maidis. Los informes de las zonas endémicas del noreste y noroeste del país, en particular, indican que las poblaciones del insecto vector son incluso menores a las de la campaña anterior, lo que refuerza la tendencia positiva para la región.
La presencia esporádica de la chicharrita Dalbulus maidis es considerada un fenómeno normal, según los estudios realizados en las últimas diez campañas. Investigadores de toda Argentina han venido observando este insecto en diversas latitudes durante la primavera y el verano, sin que ello signifique necesariamente la aparición de una epidemia.
De acuerdo con los especialistas, el hecho de que no haya una cantidad significativa de insectos en Córdoba en este momento, y la ausencia de confirmación de que estén transmitiendo los patógenos del achaparramiento, disminuye considerablemente el riesgo de una nueva epidemia como la que se vivió en la campaña anterior.
¿Qué implica esto para los maíces sembrados hasta diciembre?
El estado de los cultivos de maíz sembrados entre septiembre y mediados de diciembre se presenta sin grandes riesgos. Estos maíces no experimentarán un impacto significativo por el achaparramiento del maíz, debido a la baja presencia del vector en el período crítico, entre el final de la primavera y el comienzo del verano.
Recomendaciones para el manejo y monitoreo
Aunque el riesgo es bajo, el Comité del Achaparramiento del Maíz hace un llamado a los productores a seguir una serie de medidas preventivas:
- Monitoreo constante: Es fundamental mantener una vigilancia activa de las trampas cromáticas adhesivas y examinar los cogollos de las plantas de maíz para identificar cualquier aumento en la población de la chicharrita, de forma temprana.
- Precaución con maíces tardíos: Los cultivos sembrados a partir de finales de diciembre y enero son los que requieren mayor atención, dado que aún podrían ser más susceptibles a la presencia del vector en una etapa más avanzada de su desarrollo.
- Capacitación y consulta con especialistas: Es clave que los productores se capaciten en la identificación del vector, reconozcan los síntomas del achaparramiento y aprendan las mejores prácticas para su manejo responsable.