En su primera Jornada de Bio Capacitación, Aceitera General Deheza (AGD) presentó los resultados de un profundo cambio en su modelo productivo: dejaron atrás el barbecho químico, redujeron la compactación de los suelos y lograron transformar la lluvia en riego efectivo gracias a una mayor actividad biológica.
El encuentro, realizado en el establecimiento El Manantial, en La Carlota (Córdoba), fue organizado junto con la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Sudeste de Córdoba y Agribio, y reunió a más de un centenar de técnicos y productores de todo el país.
“He viajado varias veces al exterior en busca de capacitación productiva, pero nunca imaginé que aquí, a 200 kilómetros de mi campo, encontraría una experiencia tan transformadora en manejo de cultivos”, expresó Gustavo Grossi, productor del sur de Santa Fe, sintetizando el impacto que dejó la jornada.
Una agricultura basada en procesos, no en productos
Los ingenieros Demian Monti y Julio Priotti, responsables de la producción agrícola de AGD en cerca de 40.000 hectáreas propias, explicaron que el cambio comenzó con una premisa: hacer más complejo y diverso el sistema productivo.
“El ambiente no se puede comprar, solo mantener y cuidar. Por eso buscamos una agricultura más integral y asociada, que reduzca el uso de agroquímicos y promueva ambientes donde la biodiversidad sea productiva”, señaló Monti.
El equipo técnico partió de una situación crítica —una inundación que anegó buena parte del establecimiento— para repensar el manejo. “Pasamos de un sistema basado en productos a uno de procesos”, explican. “Hoy usamos insumos solo cuando el sistema lo demanda”.
Manejo de malezas sin herbicidas
El punto de inflexión fue la incorporación de cultivos de cobertura multiespecies, con mezclas que incluyen vicia, coriandro, nabo, lino, centeno y triticale, entre otros. “El colchón de biomasa generado impide el crecimiento de malezas por falta de luz y competencia. Además, especies como el centeno aportan alelopatía, actuando como controladores naturales”, detalló Monti.
Tras cuatro años de aplicación de esta estrategia, los resultados son claros: desaparición de malezas resistentes, reducción significativa de costos en herbicidas y aplicaciones, y suelos con mejor porosidad e infiltración.
Biológicos y rotaciones para regenerar el suelo
AGD también amplió las rotaciones con cultivos nuevos —camelina, girasol, entre otros— y logró reducir un 30% el uso de agroquímicos en sus sistemas. Incorporó bioinsumos en la siembra, en aplicaciones foliares y como curasemillas, logrando reemplazar completamente los tratamientos químicos en trigo y maní.
Los resultados productivos acompañaron el cambio. “Conseguimos que la lluvia funcione como riego, aumentando la eficiencia del uso del agua y los pisos de rendimiento”, destacó Priotti.
Además, la empresa diseñó corredores biológicos que conectan distintos sectores del paisaje, favoreciendo el movimiento de fauna y flora, e integrando producción agrícola con conservación ambiental. “La biodiversidad es la respuesta a los problemas de la agricultura. Pero la sustentabilidad empieza por las personas”, concluyen los técnicos de AGD.